El discurso inaugural corrió a cargo de Álvaro González, concejal delegado del Área de Políticas de Vivienda del Ayuntamiento de Madrid. González destacó la necesidad de la colaboración entre la Administración y el sector privado y puso en valor los esfuerzos del Gobierno local madrileño por agilizar los trámites burocráticos en los procesos administrativos relacionados con la promoción residencial.

La mesa técnica fue moderada por Miguel Ángel Falcón, managing director Spain de Lysander, y en ella participaron Álvaro Otero, socio de Real Estate de CMS Albiñana & Suárez de Lezo; Gregorio Dïaz, director técnico de Inmobiliaria Espacio; Francisco Cerén, director general de Bilba; y Justo Marín, director de Project Managemente de GNGrup.

En la primera intervención, dedicada, Álvaro Otero señaló la necesidad que tienen de entenderse en todo el proceso constructivo todas las partes intervinientes, desde la planificación, durante la obra, y en la liquidación final. Ninguno de ellos debería imponer su criterio y todos debe ser respetados en sus respectivas responsabilidades.

El director técnico de Espacio, responsable de proyectos tan emblemáticos como el Complejo Canalejas, habló del project management entendido como un “acompañamiento 360º”. Los proyectos deben afrontarse con un equipo multidisciplinar capaz de captar las necesidades del cliente y plasmarlo en un papel en blanco para que el promotor pueda decidir en qué área va a trabajar con el gestor de proyectos. Destacó el modo como la tecnología BIM ha dado agilidad a los proyectos.

La tercera intervención, a cargo de Francisco Cerén, estuvo dedicada a las nuevas relaciones entre promotor y constructor y los procesos colaborativos. Cerén expuso las principales dificultades que atraviesa el sector de la construcción son el encarecimiento de los materiales, la falta de mano de obra especializada y la inestabilidad política. Estos retos, aseguró Cerén, obliga a los agentes del sector a ser flexibles y trabajar juntos en procesos colaborativos que son una suma de procesos bien regulados. En esta tarea los gestores de proyectos son clave porque consiguen un equilibrio que supone un cambio cultural en el sector.

Por fin, Justo Marín, de GNGrup, habló de la monitorización de proyectos (Project Monitoring), que persigue supervisar el cumplimiento de los objetivos del proyecto desde un punto de vista extenso. El project monitoring protege los intereses del cliente identificando y asesorando sobre los riesgos del proyecto. Al tiempo, se anticipa, como un sistema de alerta temprana, para poder informar al cliente de los posibles problemas que puedan surgir desde el punto de viste técnico o financiero.